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Estudiantes no muy generosos en asuntos espirituales

extracto de la Clase Privada para “25” en la Plaza Barbizon, año 1956 © 153B – El Cristo Reconocido o Concientizado

 

... Y así, ustedes encontrarán en su experiencia, que la gente estará en contra de que un folleto cueste cincuenta centavos de dólar. "¿Por qué no cuesta diez centavos?" Y también estará en contra de que un libro cueste tres dólares con cincuenta centavos. "¿Por qué no cuesta dos dólares?" Y también estará en contra de que otro libro cueste siete dólares con cincuenta centavos. “¿Por qué no cuesta dos dólares con cincuenta?”

Y la gente se opondrá a casi todo, pero encontrarán mayormente su objeción, cuando la actividad de la provisión se deja a las ‘contribuciones voluntarias’, porque entonces encontrarán que la mejor charla que ustedes puedan ofrecerles, no vale mucho más de diez, veinticinco, o cincuenta centavos de dólar. Es únicamente cuando se le dice a la gente que el precio es de dos dólares cincuenta, que lo pagarán. Pero si ustedes lo dejan a merced de las ‘contribuciones voluntarias’, (y por supuesto que me estoy refiriendo a la mente humana), entonces encontrarán que el cesto de la colecta estará lleno de monedas de diez centavos y de vez en cuando, de un centavo.

Y no es que no puedan contribuir con más. Oh cielos; ¡no! Con eso no podrían pagar la entrada al cine – y todos van al cine; con eso no podrían comprar un radio – y todos tienen radios, televisores y demás. –Lo que sucede es que la mente humana no tiene forma alguna de apreciar lo espiritual.

Hoy en día sigo teniendo esa misma experiencia, que cuando... bueno, creo fue el sábado pasado por la noche... Siento que el sábado por la noche se reveló un mensaje tan grandioso, como jamás había llegado a través de mi boca. Fácilmente podría asemejarse a cualquier clase que he tenido. ¿Creen que fue apreciado por esa audiencia? En la cesta de la colecta estaban las mismas viejas monedas y centavos. La gente no tuvo forma de apreciar que estaba escuchando un mensaje espiritual, que podía beneficiarla. ¿Se dan cuenta?

Ahora ... de verdad – no importa qué gema; no importa qué gema espiritual se le dé a la mente humana. Todavía la valora en función de monedas y centavos. Así que, para desarrollar un mayor aprecio, ustedes tienen que considerar algunas formas humanas de educar los pacientes y estudiantes, en relación con los valores espirituales. Y no para el bien de ustedes ni de su provisión. –Para nada; es por el bien de ellos; ¡de ellos! Porque ustedes tendrán su provisión, ya sea hablando con ellos, cobrando, o no cobrando.

Pero ustedes nunca los harán despertar, a menos que lo hagan a través de la educación – la forma de llevar luz a su entendimiento. Para empezar, la mayoría de ellos están acostumbrados a iglesias donde ofrendan monedas de diez centavos o billetes de un solo dólar. Otros están acostumbrados a la metafísica, donde compran folletos de diez centavos, o asisten a una clase – y toman tres clases en un día, con tres maestros diferentes; y a cada maestro le dan una moneda de diez o de veinticinco centavos. En realidad, no esperan nada de esas clases, excepto el privilegio de ‘pasar tiempo’ – resulta mucho mejor que ir al cine – y a veces pueden descansar o dormir mejor allí, que en el cine – la mayoría de las películas tienen disparos en algún momento.

Pero la cuestión es que, con mucho, la mayoría de las personas que asisten no tienen la menor intención de beneficiarse – excepto cualquier beneficio que pudieran obtener en el inter, al ‘curarse por accidente’. A menudo creen que alguien puede curarse mientras el expositor está hablando, y que ellos pudieran tener un golpe de suerte ese día. Por eso van a estar allí – por si acaso...

Ahora bien, esto no es cierto una vez que los estudiantes han tenido experiencias espirituales; una vez que hayan comenzado a sentir la actividad de El Cristo en ellos. Entonces es cuando es cierto lo contrario. –Simplemente no sienten ser lo suficientemente desprendidos, generosos, ni que estén dando lo suficiente. –Porque se dan cuenta que no son ellos quienes están dando a quien lo está recibiendo temporalmente. Ellos le están dando a la Causa, a la acción de la Causa, a la perpetuación de la Causa. Ellos están dando para el beneficio del mundo. Y así, su sentido de gratitud es grande. Sin embargo, eso no constituye la mayor parte del trabajo de ustedes.

La mayor parte de su trabajo está con aquellos que están comenzando. De esta forma comenzó este honorario por la instrucción. Verán, si ustedes tuvieran que considerar mi vida privada, sabrían que tengo tan pocas necesidades, que no hay diferencia alguna si jamás enseñara una clase, o si llevara a cabo algo de eso. Dios tiene una forma de satisfacer dichas necesidades diarias. Pero cuando comencé este trabajo – el trabajo público – recorriendo varios lugares, encontré que una audiencia de trescientas personas, dejaba por lo regular una colecta de treinta dólares, cuando el auditorio se había contratado en cincuenta.

He encontrado audiencias de cuatrocientas personas que dejan veinte dólares en la colecta, cuando el salón costó dos o tres veces dicha cantidad – sin considerar los gastos para llegar u hospedarse allí, ni cualquier otra cosa. Y ésa, fue la reacción natural; ése fue el sentir natural de la gente que iba a esos lugares a escuchar. Entonces observé otra cosa, que cuando se anunciaba una clase, eran miles las personas que querían asistir. Sí; pero entonces se sentaban allí como muertos, y uno no podía avanzar. No eran estudiantes; no habían leído los libros; no habían intentado meditar; no habían hecho nada al respecto – no eran más que usurpadores.

Y tuve que detener eso, porque no pude hablar más con un grupo como ésos, tal como Paderewski [músico y compositor polaco] jamás podría tocar su piano en Central Park. Resulta imposible; no puedo. Hay algo sagrado en este trabajo, y no puedo evitar verlo de esa manera. Así que nuestras clases comenzaron a tener un precio. Y hubo muchas quejas, pero yo estaba agradecido por las quejas, porque eso me permitió mantener ‘fuera’ a todos aquellos que estaban quejándose...

Ahora bien, el precio por clase nunca ha sido tan alto como para que nadie asista – con excepción de algunos temporalmente en aprietos, que se apenan de no poder pagar aun verdaderamente deseando la clase. Porque jamás ha sido necesario pagar en efectivo por adelantado. Si requieren un año para pagar, no ha habido objeción alguna de mi parte; tampoco la ha habido cuando no pueden pagar por ello, debido a aprietos temporales.

Pero yo sé que ahora, cuando me paro frente a una de nuestras clases, todos ahí han leído algunos de los escritos. Todo el mundo se ha interesado; todo el mundo está tratando de obtener un beneficio. Y están poniendo de su parte para obtener un beneficio – y están alertas y vitales. Y a menudo eso no es así cuando la audiencia es para una conferencia abierta, porque llegan ahí... no saben cuántas personas llaman por teléfono para preguntar de antemano cuánto va a ‘costar’ la admisión para la conferencia. –Bueno, ahora podrán imaginar lo que ‘traen’ a la conferencia abierta – como si uno pudiera pedir más de lo que puede costearse.

Sin embargo, nunca se dejen engañar por esto. Nunca se permitan creer que necesitan cualquier cosa que otro tenga para darles. Si ustedes no cuentan con lo suficiente de El Cristo para satisfacer sus necesidades individuales, no incursionen en esta labor. Vayan solo con la certeza de que ustedes, no necesita nada, y que ustedes no dependen del dinero que se recauda. Ustedes dependen de El Cristo de su propio ser. Si ustedes no han demostrado lo suficiente de El Cristo, entonces esperen hasta que lo hayan demostrado.

Pero no cometan el error de permitir que su casa, su centro, su habitación de hotel, o dondequiera que estén actuando, esté atestada con miles de gentes que crean que van a conseguir algo a cambio de nada – porque también intentarán conseguirlo sin esfuerzo alguno. No sólo no darán dinero, sino que no se sentarán en casa a estudiarán los libros – y ustedes, ¡no tienen nada que darles si no participan! ...